Pautas para planificar la gestión financiera
Los empresarios agropecuarios que, debido al impacto de la sequía, deban contar este año con una ayuda financiera adicional, deberían acercarse lo antes posible a las entidades bancarias para poder planificar su situación con anticipación suficiente.
Tal es una de las principales conclusiones que surgieron de una mesa redonda de referentes de las divisiones de agro de grandes bancos realizada en la sede central de CREA con motivo de las complicaciones generadas por las restricciones hídricas generalizadas.
Agustín Ibarguren (ICBC): Vemos una situación similar a la de la sequía 2008/09. Los productos que tenemos disponibles son los mismos que los del año pasado, pero tenemos una política para extender plazos y períodos de gracia, sin que eso implique algo generalizado, porque la situación se analiza cliente por cliente.
Juan Martín Ocampo (Santander Río): Existen dos situaciones diferentes. Los clientes con una estructura mediana a grande van a estar afectados en menor medida porque tienen mayor espalda financiera o acceso a crédito. Los productores con menos escala pueden presentar casos más complejos, dependiendo de la zona en la cual se encuentren. Existe además mucha heterogeneidad en el grado de afectación por sequía, con lo cual no sería eficaz realizar una acción masiva por parte de los bancos. Los productos son los mismos, aunque vamos a atender con mayor flexibilidad los casos que así lo requieran, porque entendemos la situación del negocio, de manera tal que vamos a estar acompañando a aquellos que lo necesiten. Un tema técnico: muchas veces hablar de refinanciación implica, frente a las regulaciones del Banco Central (BCRA), cambiar de situación al cliente y eso puede ser perjudicial para el empresario y más en este momento, donde necesitan una mayor ayuda financiera; con lo cual, lo adecuado sería hablar de reconducción de un crédito –con mayores plazos– para no cambiar la categoría frente al BCRA, que recientemente modificó los plazos en ese sentido (ver recuadro). Las tasas de referencia de los créditos en pesos siguen siendo elevadas, con lo cual no son las más adecuadas en el caso de productores que cuentan con activos dolarizados para tomar deuda en ese moneda; va a ser más provechoso reconducir deuda en dólares que en pesos.
¿En qué rangos se van a ubicar las tasas de interés de créditos en dólares?
Juan Martín Ocampo: Vemos que las tasas presentan una tendencia a la suba. En largo plazo, cuatro a cinco años, podrían ser en un rango de 6% a 8% anual, mientras que para capital de trabajo (hasta un año de plazo) podrían ubicarse en 4% a 5% en términos generales
Federico Taffarel (Macro): Se va a analizar la situación de cada cliente caso a caso. Los bancos entendemos la situación actual, que es propia de los riesgos de la actividad; los clientes que estén comprometidos, se les va a dar plazo y, en los casos que deba extenderse mucho el plazo, seguramente se les requiera alguna garantía. Los productos son los mismos de siempre. En pesos las tasas están más complicadas, son altas y no bajan, mientras que en dólares son mucho más convenientes, aunque en las últimas semanas comenzó a registrarse una pequeña suba de las mismas.
Agustín Ibarguren: Con el blanqueo (de capitales), realizado dos años atrás, crecieron mucho los depósitos de dólares de los bancos y estuvimos muy líquidos, pero en los últimos meses el nivel de depósitos dolarizados está planchado, mientras que seguimos colocando créditos en dólares y entonces, frente a una mayor demanda, con una oferta estable, comienzan a subir las tasas.
Federico Taffarel: La mitad de nuestra cartera de agro se encuentra dolarizada en la actualidad.
Anahí Larralde (Banco Galicia): En el caso del Banco Galicia, tampoco tenemos productos diferentes este año. El concepto, para los casos que así lo requieran, no es el de refinanciación, sino el de reestructuración de la deuda a mayores plazos, con las tasa más convenientes, que son las de las líneas en dólares. También tenemos la mitad de la cartera dolarizada. Vamos a seguir acompañando al productor con una mitrada de largo plazo. Invitamos a los clientes que se acerquen al banco para que hablen con su ejecutivo de cuenta, sobre todo anticipándose al vencimiento de las obligaciones; nuestro principal vencimiento lo tenemos en julio con la tarjeta (agropecuaria) y no es lo más conveniente esperar hasta ese momento para resolver problemas.
Federico Taffarel: Ese el principal consejo que podríamos dar, que se anticipen y se acerquen al banco, que no esperen a último momento porque, en ese caso, las decisiones que se pueden tomar son más limitadas.
Anahí Larralde: Exacto. Además, en algún caso se puede llegar a requerir garantías y el tiempo de implementación de eso, hace que cuanto antes se anticipe, mejor.
Agustín Ibarguren: Lo positivo es que los productores, en general, venían de una buena situación y la cartera de agro de los bancos es sanísima. Los niveles de mora son casi inexistentes. Seguramente este año los bancos vamos a tener que ser más laxos.
Mario Bahl (Banco Provincia): El Banco Provincia, por una decisión de política oficial, cuenta con líneas de crédito con tasas inferiores a las del mercado y, si bien no son montos para grandes empresas –que cuentan con otros recursos para sostener problemas climáticos–, contamos con créditos para productores (bonaerenses) en emergencia agropecuaria con tasas en pesos del orden del 12% anual, con cupos de hasta 1,5 millones de pesos por productor. En lugar de refinanciación, usamos el término prórroga, con lo cual el cliente prorroga los vencimientos con las mismas condiciones de tasas. La cartera del sector agropecuario es muy sana, por eso se sigue acompañando al productor. La tasa del 12% es para recomponer capital de trabajo para productores con certificado de emergencia agropecuaria; es a 48 meses con 24 de gracia. También existe un cupo adicional, que está bajo el amparo de las líneas (subsidiadas) de “financiamiento para la producción”, que tiene una tasa anual del 9%, pero en este caso se requiere el certificado de emergencia homologado por la Nación.
Para determinar eso, ¿se usan los criterios de 50% de afectación para emergencia y 80% para desastre?
Mario Bahl: Eso lo determina el certificado de emergencia. En los últimos años, debido a las inundaciones, hemos flexibilizado los criterios en lo que respecta a los requisitos de emergencia, porque el hecho de ingresar a la emergencia inhabilitaba a los productores a tomar otras líneas que quizás necesitaban. Entonces se buscaron alternativas para que los clientes en situación compleja sigan activos en lo que es el tratamiento financiero. Atendemos con esas líneas (de emergencia agropecuaria) la posibilidad de recuperar parte del capital invertido, mientras que la financiación de la nueva campaña agrícola se instrumenta con las líneas tradicionales.
¿Qué alternativas disponibles existen para ganadería y lechería?
Juan Martín Ocampo: Hoy los ganaderos pueden acceder a financiamiento dolarizado, aunque eso depende de cuál sea la aversión al riesgo que tenga cada productor pecuario en función de la perspectiva de la evolución del tipo de cambio. Hoy muchos productores mixtos, que en su planteo son más ganaderos que agrícolas –porque los granos que producen son para consumo propio–, están tomando financiación en dólares. Los bancos estamos trabajando con funcionarios del Ministerio de Agroindustria en el desarrollo de un nuevo modelo de prenda ganadera que va a ser mucho más ágil y orientado, especialmente, a productores que trabajan en campo arrendados. Hay además otras herramientas disponibles, como pueden ser también las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR); los bancos estamos muy activos con el mercado de SGR, que es una herramienta muy buena, especialmente para productores chicos. En lechería estamos empezando a hacer algunas pruebas de financiamiento relacionadas con UVAs (Unidades de Valor Adquisitivo, que se actualiza de manera constante en función de un índice de precios), en la cual estamos ofreciendo créditos con una tasa del 9,5% a 10% + UVA (que actualmente tiene un valor superior al 23%). Se trata de una herramienta interesante para que el productor lechero tenga otras alternativas de financiamiento. También se está impulsando el uso del certificado lechero del Siglea (Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina, que unifica los datos de cada tambero gestionados por el Ministerio de Agroindustria, Senasa y Afip) como una herramienta objetiva para hacer un seguimiento de las empresas lecheras, de manera tal que, cuando un producto nomina a un banco, éste puede estudiar el cuadro de situación del cliente en el marco de un sistema que genera alertas cuando ocurren variaciones importantes de los indicadores de cada cliente, como puede ser una reducción significativa de la producción de leche.
Mario Bahl: Hay un ida y vuelta con el Siglea, donde el Ministerio de Agroindustria (de la Nación) brinda información productiva de los productores tamberos, mientras que los bancos aportan datos de los créditos destinados a los clientes de ese sector.
Permite entonces seguir casi en tiempo real la situación de cada cliente.
Mario Bahl: Y además evita que el productor tenga que presentar papeles de manera recurrente.
Anahí Larralde: Es un desafío que tenemos por delante el tener que pedir a los clientes cada vez menos documentación. Si bien tenemos exigencias por parte del BCRA en ese sentido, tenemos claro que debemos simplificar procesos para ser mas ágiles en las operaciones. En ese sentido, tener a disposición datos en línea es algo vital. Estamos todos los bancos dispuestos a trabajar en equipo para que eso ocurra cuanto antes.
Para reducir carga burocrática.
Anahí Larralde: Y también los tiempos. Todo eso implica una transformación, en la cual pretendemos que todo se digitalice cada vez más para evitar que los clientes tengan que traer el formulario físico a las sucursal, de manera de permitir un acceso mas fluido a un flujo de información que sea trazable; si eso además se unifica a todo el sistema bancario, se potencia entonces la eficiencia de los procesos.