Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y su implementación en CREA
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) darán forma a los planes nacionales durante los próximos 15 años. Erradicar la pobreza y el hambre, combatir el cambio climático y proteger los recursos naturales, la alimentación y la agricultura, son los temas que están en el centro de la Agenda de 2030.
Los ODS hacen una llamada a la acción entre gobiernos, empresas y sociedad civil, presentan una oportunidad para desarrollar e implementar soluciones y tecnologías que permitan hacer frente a los retos más grandes del mundo en materia de desarrollo sostenible.
Estos objetivos contienen conceptos reflejados en la Visión CREA 2025: las empresas CREA integradas a la comunidad son referentes de innovación y sostenibilidad. En esta línea, CREA se propone vincular los ODS con las acciones y proyectos que lleva adelante la organización, asumiendo el compromiso de sumar esfuerzos para alcanzarlos y, de esta manera, generar un impacto positivo en la sociedad.
Esta iniciativa le permite a CREA compartir el “lenguaje común” de organismos, organizaciones y empresas que adhieren a ellos, como así también formalizarse como socio del departamento de Información Pública de las Naciones Unidas.
El agro y los ODS
En la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible 2015, que tuvo lugar del 25 al 27 de septiembre en la sede de la ONU en Nueva York, los Estados miembro de la ONU aprobaron la nueva Agenda Global de Desarrollo Sustentable conformada por 17 Objetivos y 169 metas que deberán ser cumplidos de aquí al 2030.
Por eso, desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y a Agricultura (FAO), se promueve el apoyo a los países para alcanzar las metas de los ODS y se sostiene que la alimentación y la agricultura son clave para alcanzar plenamente el conjunto de estos objetivos.
La Agenda 2030 reconoce que en adelante no se puede considerar la alimentación, los medios de vida y la gestión de los recursos naturales por separado. Un enfoque centrado en el desarrollo rural y la inversión en agricultura (cultivos, ganadería, silvicultura, pesca y acuicultura) es un instrumento eficaz para poner fin a la pobreza y el hambre y alcanzar el desarrollo sostenible. Para ser sostenible, la agricultura debe satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras de sus productos y servicios, garantizando al mismo tiempo la rentabilidad, la salud del medio ambiente y la equidad social y económica. La nueva agenda concibe a la sostenibilidad como un proceso (y no como un punto final determinado que hay que alcanzar), que requiere a su vez el desarrollo de marcos de gobernanza, de financiación, técnicos, y políticos, que apoyen a los productores agrícolas y a los gerentes de recursos involucrados en un proceso dinámico de innovación.