Se vienen las nuevas normas de gestión
Las normas de gestión se encuentran en un proceso de revisión y reescritura liderado por CREA a través del área Empresa de I+D.
Armonizar las normas de gestión CREA y los registros contables no es una tarea sencilla. Pero a partir del este año eso dejará de ser así, porque un equipo multidisciplinario está trabajando para actualizar y readecuar esas normas a la coyuntura actual del negocio agropecuario. Este proceso implica espacios de intercambio entre la mesa técnica empresarial y los principales proveedores de software de gestión del mercado.
“Estamos en plena tarea de actualización de las normas de gestión CREA con el propósito de tener un documento listo antes de mayo”, explica Alberto Galdeano, líder del Área de Empresa de CREA. El producto final será un protocolo que especifique las nuevas normas de gestión CREA y que será difundido oportunamente y en primera instancia, a través de los canales de comunicación oficiales de la organización.
La cantidad de especialistas que analizan los cambios más convenientes es enorme: además de los empresarios y técnicos del Área de Empresa, participan de la iniciativa referentes de la Cátedra de Administración de la Facultad de Agronomía de la UBA, contadores especializados en agro y desarrolladores de los principales programas de gestión contable agropecuaria.
“Tenemos que adecuar las normas de gestión para que se adapten a las novedades surgidas en las dos últimas décadas, además de incorporar aquellos ítems faltantes. También se modificó el enfoque: antes iba desde la dinámica de los negocios hacia la empresa, mientras que ahora se analiza la empresa para explicar el resultado obtenido en función de los negocios que esta lleva adelante; se trata de un cambio de paradigma”, señala Alberto.
Armonización
Uno de los grandes cambios que se introducirán será el hecho de que el método de registro de datos que utilizará la gestión CREA será el mismo que emplea cualquier programa contable agropecuario, de manera tal que una única fuente de datos sirva para realizar ambos análisis (contable/fiscal y gestión/negocios). Además, se implementará la desvinculación de la campaña con respecto al ejercicio económico. “Las normas se tienen que adecuar a los negocios y no a la inversa”, remarca el técnico CREA.
Nueva norma
Recientemente, las autoridades de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas actualizaron las normas contables aplicadas a la confección de balances de empresas agropecuarias.
La actualización, instrumentada a través de a la resolución técnica N.° 46 que reemplaza la N.º 22 del año 2004, comenzó a regir para los estados financieros correspondientes a ejercicios anuales iniciados a partir del 1.º de enero de 2018.
Entre las modificaciones incorporadas se incluye el concepto de “valor razonable para la actividad agropecuaria”, definido como “el precio que se recibiría por la venta de un activo en el mercado principal (o el más ventajoso en caso de no existir un mercado principal) en la fecha de la medición, en condiciones de mercado presentes (es decir, un precio de salida), independientemente de si ese precio es observable directamente o estimado utilizando otra técnica de valoración”.
“El valor razonable debe considerar la ubicación física de los activos y por ende el costo de transportarlos hasta los mercados que se utilicen como referencia. En la medición a valor razonable no se considerarán los contratos de venta a futuro que se hubieran celebrado con ánimo de entregar los productos en cumplimiento del contrato”, aclara la normativa.
“En el caso de animales reproductores para los que no exista un mercado activo en su condición actual, pero sí en una etapa anterior, se medirán al costo de reposición de un bien similar, determinado en la etapa de inicio de su producción comercial, comercializado en el mercado habitual donde opera el ente (con prescindencia de si el bien fue adquirido o producido por el ente), neto de las depreciaciones acumuladas”, especifica la norma.
Otro de los conceptos actualizados es el de “plantas productoras”, definidas como aquellas “plantas vivas que permiten obtener productos agrícolas, de las cuales se espera que produzcan durante más de un período y que tienen una probabilidad remota de ser vendidas como productos agrícolas, excepto por ventas incidentales de raleos y podas”. Esta categoría se considera como “activos biológicos en desarrollo” mientras “no alcancen la capacidad de producir sus frutos en cantidades y calidades aptas para su comercialización”. En esa situación, la medición se efectuará al costo original. Cuando entren en producción, pasarán a ser categorizadas como “activos biológicos en producción”, momento en el cual se podrá comenzar a calcular la depreciación del bien.
Otra novedad importante es que al haber un mercado de arrendamientos agropecuarios extendido en las diferentes regiones productivas, la tierra deberá comenzar a considerarse en función del costo de oportunidad en todas las gestiones CREA. Eso implica que los nuevos criterios de gestión permitirán evaluar con mayor precisión el valor agregado gerencial respecto de los ingresos provenientes por la actividad inmobiliaria.
“Las nuevas normas de gestión deberían simplificar notablemente la implementación de sistemas de registros contables, algo que actualmente solo tiene la mitad de las empresas CREA y que es cada vez más necesario en la actual coyuntura”, concluye Alberto.
La nota completa forma parte de la edición de diciembre de la Revista CREA