Construyendo un nuevo paradigma agrícola
El cambio de paradigma para diseñar planteos agronómicos fue uno de los temas centrales de la Tranquera Abierta organizada por la región CREA Santa Fe Centro.
“El cambio de paradigma implica salir de una agricultura de insumos para pasar a otra de procesos: dejamos de pensar que las soluciones vienen en latas para comenzar a investigar las causas de los problemas”.
Así lo indicó hoy Luis Lanfranconi, investigador del INTA Río Primero, durante una charla ofrecida en la Tranquera Abierta de la región CREA Santa Fe Centro que se llevó a cabo entre ayer y hoy en el establecimiento “La Tostada” (Eusebia).
“Los cultivos de cobertura o de servicio son uno de los grandes aliados que tenemos cuando el problema de las malezas es grave. En la naturaleza es algo fundamental la ocupación del espacio; si uno siembra cultivos de cobertura con un suelo limpio, ese cultivo gana y, si luego aparecen malezas, éstas no tienen espacio suficiente para prosperar y vamos a poder controlarlas con mucha mayor facilidad”, apuntó.
El investigador del INTA aseguró que un trigo de baja tecnología, lejos de solucionar un problema de malezas, puede potenciarlo porque, al no cubrir la mayor parte del suelo, promueve el surgimiento de malezas de difícil control que posteriormente complicarán al cultivo posterior.
“Me dicen, ¿porqué tenemos que tirar el dinero en cultivos de servicio cuando podemos sembrar un trigo? Si van a hacer un trigo con un rendimiento potencial superior a 5000 kg/ha, no hay problema, pero si van a apuntar a 2500 a 3000 kg/ha en un lote con problemas de malezas, van a estar en el peor de los escenarios, especialmente en los casos con presencia de yuyo colorado”, advirtió Lanfranconi. “La mejor manera de que la fábrica del suelo funcione de manera adecuada es con actividad biológica permanente”, añadió
Con respecto a la posibilidad de suprimir cultivos de manera mecánica para evitar aplicaciones, Lanfranconi indicó que existen diferentes tipos de rolos, pero que no todos los que se están usando en la actualidad son adecuados; además, señaló que el corte de cada especie debe hacerse en el momento adecuado. “Si rolamos, por ejemplo, una gramínea en el estado de segundo nudo, es como si le incorporásemos un pastoreo, con lo cual la maleza va a tratar de rebrotar”, comentó.
Por su parte, el asesor CREA Darío Cortese apuntó que la supresión del cultivo de cobertura dependerá de la situación presente en cada campaña agrícola. “Con un costo hídrico del cultivo de servicio del orden de 70 milímetros, tenemos buenas chances de recuperarlos si terminamos el cultivo a fines de septiembre porque la probabilidad de recibir lluvias mayores a 100 milímetros en nuestra zona en octubre y noviembre es del 80%”, explicó.
“De todas maneras, si el cultivo posterior es un maíz tardío sembrado en diciembre, podemos esperar un poco más para suprimir al cultivo de servicio; la decisión dependerá del análisis de diferentes variables como el nivel de la napa, pronóstico climático y diseño agronómico”, agregó.
“Los técnicos vamos a tener que prestar mucha más atención al suelo. Tenemos que cambiar el sistema agrícola porque de lo contrario vamos a entrar en un círculo vicioso del que después va a ser muy difícil salir”, concluyó el asesor CREA.