La metodología CREA se consolida en Georgia
Una experiencia internacional exitosa. Actualmente existen casi 70 grupos de productores de avellanas que lograron mejoras notables trabajando en equipo.

Cuando hablamos de exportación solemos pensar en bienes. Pero el conocimiento –si es útil– también puede exportarse a cualquier parte del mundo.
El Movimiento CREA comenzó a trabajar para transferir la metodología CREA entre productores de avellanas de Georgia (una nación, ex integrante de la URSS, que limita con Rusia, Armenia Azerbaijan y Turquía).
El organismo estadounidense US Agency for International Development (Usaid) venía financiando programas de capacitación para productores integrados en la Asociación Georgiana de Productores de Avellanas (GHGA por sus siglas en inglés). Pero experimentaban dificultades para consolidar la transferencia de tecnología entre los productores.
Un emprendedor argentino con perfil global, Daniel Dellacha, quien está desarrollando una plantación de avellanos en Georgia para una compañía internacional, recomendó a los técnicos locales de Usaid que importaran la metodología CREA para asegurar el éxito de la transferencia tecnológica.
“Actualmente existen casi 70 grupos de productores funcionando con la metodología CREA y la meta es llegar a un total de 80 a fines de 2018”, comenta Rodolfo Tkachuk, uno de los técnicos encargados de transferir dicha metodología en Georgia. “Cada grupo tiene entre 8 a 12 integrantes, los cuales tienen pequeñas parcelas vecinas unas de las otras”, añade.
La participación de CREA comenzó en 2014 con un plan de acción de un año que permitió capacitar a un grupo asesores que coordinaron los primeros diez grupos georgianas que trabajaron con la metodología CREA. En 2015, a partir de los resultados obtenidos, CREA fue invitada por Cultivating New Frontiers in Agriculture –una ONG con sede en Washignton y Bruselas– para participar en un proyecto de cinco años de duración que se está desarrollando en la actualidad.
Alejandro Biava, integrante del CREA San Martín de las Escobas-Colonia Belgrano (Santa Fe Centro) y directivo de la Comisión Ejecutiva de CREA, viajó a Georgia para participar de un evento agropecuario –que contó con la presencia de importantes funcionarios locales– en el cual se destacó la experiencia CREA en las fincas productoras de avellanas.
La comida es un aspecto fundamental para fomentar la amistad en la cultura georgiana. Suelen preparar un banquete tradicional, conocido como “Supra”, en el cual se realizan extensos brindis destinados a fortalecer los vínculos entre los integrantes de la comunidad. “Brindé por el acercamiento de Georgia con la Argentina a través de la metodología CREA, por los grupos formados y por la familia”, señala Alejandro.
“Los grupos armados no son CREA, sino grupos de productores de avellanadas que trabajan con la metodología CREA, la cual, con esta y otras experiencias internacionales, probó que puede adaptarse a diferentes culturas y contextos”, añade.
Los productores que ya llevan algunos años trabajando en grupos y que lograron mejoras productivas concretas gracias a la incorporación de tecnología de insumos y procesos, ya están comenzando a planificar alternativas comerciales que permitan incluir a los más jóvenes en la empresas, dado que, frente a la baja escala de las explotaciones, esa posibilidad no suele ser viable en los establecimientos tradicionales.
La gran mayoría de los productores de avellanas en Georgia son fincas familiares con menos de una hectárea que sólo se ocupan de cosechar el producto; el resto del año viven de otras ocupaciones. Un porcentaje minoritario de las fincas son manejadas por productores con mayor escala que tienen intenciones de mejorar tanto la productividad como la comercialización del producto.
“Los avances que lograron los productores de avellanas son tan importantes gracias a la metodología de trabajo grupal, que el símbolo de CREA está presente en reuniones y eventos. Y es algo que produce orgullo en los productores que integran los grupos”, indica Alejandro.