Lo que se viene
En el futuro los empresarios agropecuarios se acostumbrarán a realizar monitoreos y evaluaciones en tiempo real.

La fortaleza de las empresas agropecuarias va a sustentarse cada vez más en la capacidad de diversificar actividades, ya sea en la propia cadena de valor como en otros sectores (energético, turístico, educativo, biotecnológico, informático, etcétera). La clave está en aprovechar los conocimientos presentes en el agro para potenciarlos en otros rubros.
Esa es una de las principales conclusiones que los coordinadores CREA elaboran en un taller realizado con el propósito de evaluar los contenidos ofrecidos en el evento CREATech realizado a fines del año pasado en la ciudad de Córdoba.
La producción de commodities agropecuarios no es excluyente de otros emprendimientos que puedan atender las nuevas demandas relativas a la producción de alimentos seguros con identificación de origen. La información –saber de dónde viene, cómo se hizo– es un componente clave para el segmento de consumidores con mayor poder adquisitivo.
El modelo “industrial” de la agricultura generó eficiencias significativas, pero diluyó, por parte del público urbano, la percepción del campo ligada al concepto de naturaleza. Ese modelo, que tendió a simplificar los procesos productivos, está siendo revisado en la actualidad para avanzar hacia enfoques agronómicos sistémicos que requieren aportes multidisciplinarios. Las nuevas tecnologías de procesos que están surgiendo en torno a los “cultivos de servicio” son un ejemplo de esa nueva tendencia.
Las nuevas herramientas digitales, combinadas procedimientos mecánicos basados en robótica y sistemas de posicionamiento satelital, son y serán cada vez más necesarias para poder instrumentar modelos agropecuarios sustentables basados en principios agroecológicos. Y cuando hablamos de sustentabilidad, lo hacemos tanto en el orden social (por la creación de empleos que generarán las nuevas actividades relacionadas al sector) como ambiental (por la creciente diversidad biológica que se incorporará a los procesos productivos). Este será un aspecto clave para que, con un adecuada plan de comunicación, la percepción del agro vuelva a estar relacionada con conceptos relativos a la naturaleza.
El modelo “industrial” de la agricultura –que fue muy exitoso por casi una década en buena parte de las regiones productivas– consideraba que la escala y la concentración de cultivos eran sinónimo de eficiencia. Pero los desastres climáticos recurrentes liquidaron ese paradigma. En la actualidad, las empresas que integran diferentes actividades agropecuarias están mucho mejor adaptadas que las exclusivamente agrícolas para hacer frente a la excesiva variabilidad climática.
Los esquemas asociativos entre empresarios de un mismo sectores o de otros rubros pasan a ser aspectos clave para poder aprovechar los recursos de la manera más eficiente posible al tiempo de disminuir riesgos. Los problemas asociados a oportunidades se complejizan y eso requiere que muchas más cabezas y voluntades intervengan en las iniciativas para potenciar posibilidades y reducir los márgenes de error. Esto requiere una predisposición determinada que, afortunadamente, es frecuente entre empresarios y técnicos acostumbrados a trabajar en el marco de la metodología CREA.
El uso masivo de las redes sociales crearon un ámbito en el cual las percepciones públicas –que antes debían pasar el “filtro” de los medios de comunicación para hacerse visibles– se evidencian en tiempo real para generar impactos inmediatos en consumidores y tomadores de decisiones. Ya no es posible realizar ningún trabajo sin considerar esa realidad. En ese marco, es más adecuado adelantarse a los acontecimientos, creando, por ejemplo, regulaciones propias que contribuyan a contener situaciones de mala praxis, que esperar que los problemas se evidencien en las redes sociales para luego esperar la introducción de nuevas regulaciones surgidas a partir de percepciones de personas que no conocen la dinámica de la actividad.
En el futuro los empresarios agropecuarios se acostumbrarán a realizar monitoreos y evaluaciones en tiempo real, dado que no considerará adecuado utilizar datos históricos para esa tarea (como se hace mayormente en la actualidad). Algunas primeras experiencias de este nuevo paradigma ya se están empleando. Pero todo indica que en algunos años más será la norma.
Las tecnologías AgTech que prosperarán serán aquellas que sean fáciles de usar (cualquiera las debe poder entender) y que permitan reducir costos de manera comprobable. El insumo clave en AgTech son los datos relevantes para el negocio agropecuario, dado que, sin los mismos, no es posible emprender desarrollo alguno. En esto las redes integradas por grupos CREA tienen un activo fenomenal que tendrá cada vez mayor valor en el futuro (aunque esto no sea completamente evidente en la actualidad).
Para que los datos agropecuarios tengan utilidad en plataformas AgTech, es indispensable que los mismos se encuentren estandarizados, dado que disponer de los mismos a través de diferentes fuentes que los recolecten con procedimientos distintos es casi lo mismo que no tener datos. En ese sentido, tres años atrás el área de Ganadería de CREA comenzó a relevar datos pecuarios de manera sistematizada a nivel nacional, mientras que a partir del ciclo 2017/18 los datos agrícolas relevados en las diferentes regiones CREA comenzarán a registrarse en una planilla única con el propósito de sistematizar el proceso de generación de información relevante (ver recuadro).
Los perfiles disruptivos son esenciales para promover innovaciones. En esto el rol del asesor CREA es fundamental, dado que, además de las tareas propias de un asesor, lo ideal es que sea crítico de los procesos y dinámicas en curso para promover la incorporación de mejoras continuas.
Los cambios disruptivos, si bien necesitan un tiempo para gestarse, una vez introducidos promueven obsolescencias masivas que toman por sorpresa a muchas empresas. Uno de los casos más conocidos al respecto es el de los diarios de papel, que, frente a la publicidad programática ofrecida por grandes compañías digitales, vienen perdiendo ingresos año tras año. No debe subestimarse la revolución que viene en camino a partir de la interconexión de sensores y dispositivos que releven volúmenes gigantescos de datos en tiempo real, los cuales serán procesados para automatizar procesos y generar información que permita crear nuevos mercados.
El artículo completo puede leerse en la última edición de la Revista CREA.